Cómo teñirse las cejas

cómo teñir cejas

Cuando nos teñimos el pelo una cosa de la que se sueles prescindir, bien por despiste o por moda, es de teñirnos las cejas. Cuando nos coloreamos para cubrir las canas, pero mantenemos el tono de nuestro cabello  no es necesario  repasar las cejas, pero si por el contrario hemos optado por un color muy diferente al natural o si tenemos canas en nuestras cejas, cosa que, por desgracia puede suceder, habrá que plantearse el tinte en esta zona.

Todo dependerá del look que queramos llevar: uno atrevido o rockero puede llevarse con unas cejas contrastadas e incluso para ir más modernas se pueden llevar bien gruesas. ES decir que si somos morenas y pasamos a un rubio platino no es descabellado dejar las cejas oscuras o sin teñir. Eso sí, es un engaño que esto no suponga cuidados: el rubio debe estar impecables y cuando las raíces empiecen a verse negras, podemos dejar este efecto siempre que las tengamos estudiadamente olvidadas en https://www.hospitalsatelite.com. Esta moda supone no no volver a teñirte, sino no teñirte exactamente en una extensión concreta del pelo y raíz.

No obstante, si eres de las que optas por un estilo natural, acondicionaras este arco de tu mirada para que encaje con tu nuevo color de pelo. Si no se trata de un tono muy intenso y no necesita decoloración, directamente podemos usar una pizca del tinte del cabello, con mucho cuidado y precisión. No obstante lo mejor es que escojamos un tono similar pero más suave y que elijas un tinte especial para cejas. La norma, y mucho más que en el caso de la melena, es que el efecto quede natural. Es preferible que no destaque aunque eso nos lleve a que no sea exacto al del pelo (tanto si este es teñido como si no). Esto significa que el color de cabello y cejas será el mismo, pero hay grados de brillo y saturación dentro de este mismo color, que nos permitan jugar.

Tengamos en cuenta también el tono de nuestra piel. Cuanto más pálida sea esta menos menos fuerte deben ser las cejas. Nuestra recomendación es que gradúes la intensidad o saturación en el color de las cejas que sea una cosa intermedia entre el del pelo y el matiz de tu piel. Recordemos que si queda algo clara, siempre podemos remarcar el fondo de la ceja con sombras o un lápiz, pero si nos pasamos de oscuro sólo podemos esperar a que se rebaje con los lavados.

Puestos manos a la obra, lo primero es depilarse las cejas, para que tiñamos el arco correcto. Es recomendable hacerlo un día antes si es posible, sino espera un par de horas.

Después hay lavarse bien la cara con un jabón suave y masajear bien la zona.

Apliquemos en el perímetro exterior sin llegar a tocar el pelito una capa de vaselina, o si viene con el tinte, un protector. Esto impedirá que coloreemos la piel por fuera de la ceja, dejemos mancarrones o nos torzamos. Seamos lo más precisos acotando esta zona externa: podemos ayudarnos con un pincelito o un bastoncillo.

Tras esto preparamos la mezcla según las instrucciones del producto elegido y nos cuidamos de que esta quede espesa, ya que si es muy líquida es fácil que se corra y mueva. Extendemos por la ceja sin dejar calvas, con la ayuda de una brocha u otro bastoncillo y esperamos entre 15 y 20 minutos.

Cuando haya pasado el tiempo descrito en la caja del producto, que suelen ser los minutos dicho, quitamos el exceso de mejunje con un algodón y lavamos el rostro de nuevo con jabón y agua tibia. Para calmar la piel podemos aplicar un gel natural, crema ligera o suero en la zona.

Si a pesar de todo nos ha quedado alguna manchita en la piel por encima o debajo de la ceja, prueba a frotar suavemente con un limpiador facial. Un truco para quitar este tinte ‘extra’ es frotar con ceniza.

Imagen| Graur Codrin