La belleza es un mercado que a veces enloquece y que está demasiado expuesto a las modas: si a veces opta por medidas extremas, como delgadeces (hace un para de años las más obsesas se operaban hasta los muslos), otras pueden ser meras excentricidades basadas en defectos. Con esto último nos hacemos eco de tendencias como la que hoy nos atañe: el gusto por los dientes separados, en concreto por los dos paletos. Si es así, no es broma: he ahí el éxito de Lara Stone, o Ashley Smith se basa en la diastema. Otras guapas cuya hermosura se resalta por esa boquita son Vanessa Paradis, Anna Paquin, o Lindsey Wixon.
Así la diastema, dientes frontales separados, se convierte en un signo de belleza y aunque se ha puesto en boga en los últimos años, ya hay divas que mantuvieron este rasgo o defectillo como símbolo de su belleza: por ejemplo la increíble Brigitte Bardott o la poderosa Madonna lucieron este detalle dental.Lo que resulta una locura es que, sin que las agencias den más trabajo a unas modelos con sonrisa ‘imperfecta’ que a otras, ya hay muchachas que se han provocado ellas mismas este ‘hueco’ en la boca: dentistas opulentos hacen su agosto mellando dientes o haciendo ortodoncias para estropearse la dentadura. Sinceramente, esto no es normal.
Cosa además más curiosa, por no decir sexista, es que este defecto es sólo un fetiche que le gusta a los hombres heterosexuales, ¿a alguna mujer u hombre le gustaría un hombre con los dientes ‘distanciados’? Si así lo es desde luego no hemos visto que sea un rasgo de los sex-symbols de hoy, ni de los Christian Greys del mañana. De hecho entre los famosos con este rasgo sin tratar no hemos encontrado ninguno que sea considerado un guaperas: Elijah Wood, Willem Dafoe o Eddie Murphy son algunos de los que no han arreglado su dentadura. Por lo visto, aunque esperamos que sea casualidad, este fetichismo viene de la Edad Media en ‘Los cuentos de Cantebury’ se describía a las mujeres con este detalle como lujuriosas y llenas de sensualidad.
De cualquier manera una cosa es nacer con este defecto y otra modificar tus dientes o engranaje perfecto de los mismos lo que puede tener consecuencias irreversibles. No sólo hacemos sufrir al resto de los dientes y a la mandíbula, sino que podemos provocarnos dolores de cabeza o cervicales. Si el efecto se produce por rotura de diente, además, este, evidentemente será imposible recuperar y no nos quedará nada más que el implante o carilla estética.