Es fundamental seguir a rajatabla las rutinas de comida. Tres comidas y dos tentempiés por día deben ser la regla.
* El viejo refrán de “desyaunar como un rey y cenar como un mendigo” sigue teniendo validez. Un desayuno abundante es muy saludable ya que el cuerpo metaboliza más rápido por la mañana.
* El desayuno debe incluir cereales y una combinación de proteínas y vitaminas (por ejemplo naranjas, papayas y leche).
* El almuerzo debe ser lo más liviano posible e incluir leche de manteca (una fuente muy saludable de calcio), ensaladas con brócoli, hongos, aceitunas (que evitan que las toxinas se acumulen en el cuerpo) y frutas.
* Se debe cenar antes de las 7 de la noche, en lo posible eligiendo comida cocida o al horno. Si luego de cenar seguimos con hambre, podemos aplacarlo con frutas, ensaladas o incluso sopa.
* Los productos de soja, como las nueces, los frijoles, el arroz integral, las galletitas o los brotes son ideales para integrar a un tentempié y matar el hambre.
* También se puede recurrir a complementos dietarios. Unas vitaminas y una pastilla de minerales luego de desayunar nos pueden dar un poco de energía extra. Además sirven para evitar el cansancio y el stress.